jueves, 11 de septiembre de 2014

ABRAZADORAS DE ÁRBOLES

 El movimiento mundial que va en contra de la transformación de las semillas, es decir, de las semillas transgénicas, tiene una líder indiscutible. Su nombre es Vandana Shiva.

Científica, filósofa y activista india en favor del medio ambiente, se inspiró en las ideas y principios éticos de Mahatma Gandhi, el extraordinario líder de la India quien llevó a su nación por los caminos de la paz y la resistencia, hasta que la invasión de Inglaterra, primera potencia mundial durante el siglo XIX, tuvo que desalojar y retirarse definitivamente de la India.

Hoy, ante las políticas de industrialización de la agricultura que están imponiendo grandes transnacionales y que están transformando tierra y semillas con defoliantes y productos químicos que las pueden dañar de manera irreversible, se levanta la voz de Vandana y nos recuerda: “El conocimiento de los campesinos, debe ser la guía para la agricultura”.

Vandana Shiva
Y denuncia que todas esas promesas de desarrollo y prosperidad, en realidad producen más empobrecimiento, decaimiento de la salud y una profunda degradación del medio ambiente.

Vandana iba camino a convertirse en una de las más destacadas físicas especializadas en la cuántica y el campo de los reactores nucleares. Sus preocupaciones fueron hacia las implicaciones ambientales y sociales de la industria nuclear, y a la realización de investigaciones y la academia en la Universidad de  Ontario, Canadá.

Pero su vida cambió radicalmente cuando realizó una visita a su país y supo de un grupo de mujeres que se abrazaban a los árboles para que no los cortaran y poder salvar sus bosques. Se trata del Movimiento Chipko, que le dio al mundo la expresión de “abrazadoras de árboles”.

Vandana no solamente se unió al grupo sino que también puso todos sus conocimientos e investigaciones científicas para ayudar a esta y otras causas similares, creando la Fundación para la Investigación Científica, Tecnológica y Ecológica.

Ella ya es un referente mundial del movimiento opositor a la globalización corporativa y ha realzado la sabiduría de las culturas tradicionales, el papel de las mujeres en los países en vías de desarrollo y la economía solidaria de los trabajadores. En 1993 recibió el premio Right Livelihood, conocido como el Premio Nobel Alternativo, “por poner a las mujeres y la ecología en el corazón del discurso moderno de desarrollo”.

En su libro Monocultivos de la Mente describe cómo cobró conciencia del valor y la bondad de la biodiversidad y critica el modo patriarcal de concebir al mundo como una máquina, controlado y ajustado a los intereses de unos cuantos en donde la biodiversidad simplemente desaparece. Se trata de imponer una dictadura planetaria en la que desaparecen las especies.

A mediados de los 80’s surge la llamada Revolución Verde, el impulso a una agricultura de alto rendimiento apoyada en sustancia químicas. Se alaba el hecho de que ha salvado a millones de personas del hambre, pero ha provocado daños ambientales, desigualdades sociales y luchas encarnizadas en los pueblos subdesarrollados. Y se preguntó “¿Por qué la agricultura empieza a semejarse a la guerra?
En su libro La Violencia de la Revolución Verde, plantea una reflexión inquietante. “Lo que planean es una dictadura sobre la vida de todas las especies, sobre nuestra vida”. Y por ello tomó la decisión de proteger las semillas para defender la libertad de la naturaleza y de las personas.

De ahí nace el Movimiento Navdanya para la Reserva de las Semillas. Piensa que el primer daño es el control que ejercen corporaciones irresponsables y voraces que tienen un historial de salvajismo y letalidad, ya que Monsanto produce la dioxina y el Agente Naranja, químico que fue utilizado por el ejército norteamericano en Vietnam para defoliar las selvas y localizar personas y combatientes enemigos. Se cree que 3 millones de personas fueron afectadas por cáncer en esa guerra, debido al contacto con el Agente Naranja.

El segundo daño es el que las mismas plantas propagan mediante la polinización. Es sabido que un gen tóxico insertado en una planta se transmite a otras plantas, como ha sucedido en México con la contaminación transgénica en plantas de maíz.

El investigador húngaro Arpad Pusztai, demostró en 1995 que ratas de laboratorio que habían comido papas transgénicas sufrían de daños celulares y encogimiento cerebral.


Fuente:  http://www.interferencechannel.com/abrazadoras-de-arboles/

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