jueves, 16 de julio de 2015

¿Por qué se refrotan los gatos?


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    El saber popular (y los foros de mascotas) defienden que el acto de refrotarse está relacionado con el dominio, pero, sinceramente, no he conseguido encontrar en qué se sustenta esa afirmación. ¿Es uno de esos hechos maravillosos que nadie quiere comprobar para no romper el hechizo? Porque si es así, los estudiosos de los perros deberían hablar seriamente con los estudiosos de los gatos. En el caso de los gatos, al menos, los frotamientos son ligeramente más claros y comprensibles, gracias al excepcional estudio llevado acabo en 1993 por Akihiro Yamane sobre una población de gatos silvestres que vivía en la isla de Aino Shima, en la provincia japonesa de Fukuoka. El objetivo de Yamane era determinar si el acto de refrotarse (concretamente entre machos) podía asociarse a uno de esos casos: desorientación, juego,dominación, inhibición causada por congéneres (que alguien les hubiese cortado el rollo, vamos) o, directamente, frustración por no haber conseguido aparearse.

    Cada uno de los 74 gatos sexualmente maduros de su muestra de estudio tenía un nombre, de modo que era posible monitorizar el comportamiento sexual de cada macho y cada hembra. ¿Cuántas veces se refrotarían? ¿Y por qué motivo? Los resultados aportaron no pocos indicios al respecto. Lo más destacado es que en 1420 horas de observación, Yamane no vio ni una sola vez que los machos se entregasen a frotamientos con otros gatos fuera de la temporada de apareamiento.  Por lo tanto, en los gatos, los refrotes no tienen nada de juego. Es sexo.

    Pero eso no fue todo. Yamane dedujo que el hecho de que los machos se montaran entre sí no podía ser tampoco un acto de sometimiento, puesto que la dominación era una preocupación felina continua y, sin embargo, no se observaba que los machos se montasen unos aotros durante todo el año.

    Otro descubrimiento curioso fue que los 26 (sí, no demasiados) casos de machos que montaron a otros machos se produjeron siempre en presencia de una hembra en celo. Esto parecía importante. Las gatas parecían formar parte de la historia; tenían algo que ver con el hecho de que algunos de esos gatos montaran a otros machos (en más de una ocasión, los machos dominantes se durmieron después de seguir a una hembra durante horas; al despertar vieron que la hembra había escapado y decidieron montar a un macho cercano en su lugar).

   La hipótesis de Yamane era que la frustración por no haber podido copular con una hembra era la causa de que el macho se desfogase con otro macho. Por lo que tengo entendido, hoy es comúnmente aceptado que este es uno de los motores de al menos parte del comportamiento homosexual entre gatos macho.

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Sexo en la Tierra
Un homenaje a la reproducción animal
Jules Howard


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