miércoles, 15 de junio de 2016

Analizando el Bréxit. Europa sí, Europa no

 brexit-1

Es mayo en el sur de Inglaterra y una brisa más cálida de lo normal lleva días dejándose querer junto a una falsa sensación veraniega. Entro en un Pub de los de toda la vida, de esos que lucen barra curtida por la clientela fija y un filtro amarillento, añejo e inimitable que baña toda la estancia. Nada más entrar un hombre de cierta edad, alto y corpulento comparte sus dotes de servicio desde la barra, tiene pinta de llevar más tiempo aquí que el mismo local y transmite ese aire de sabio vital que solo la charla diaria y el paso del tiempo otorga. William es uno de esos tipos de oficio que uno encuentra en los locales de la vieja escuela donde la desaparecida working class solía reencontrarse consigo misma. Es cuestión de pedir algo y entablar conversación para que la primera pregunta salte de forma segura y rápida desde la barra – Y oriundo ¿De dónde? Ante la atenta mirada de la clientela de confianza mi respuesta no se hace esperar – De España.

Mucha gente me pregunta cómo nos ven desde Reino Unido, qué piensan de nosotros y nuestro país, qué idea general contienen esas lúcidas mentes británicas ¿Existe un sentimiento anti-europeo mayoritario? ¿Hay un problema real de inmigración?… El interés de saber cómo nos ven y cómo vemos no es nada nuevo y se repite constantemente desde el pez pequeño al pez grande. Para adquirir algo de perspectiva solo hay que pensar como vemos nosotros por ejemplo a Ecuador, Bolivia, Marruecos, Portugal, Guinea Ecuatorial o Filipinas desde España, cómo ven los virtuosos países del norte de Europa a los perdidos países del sur, cómo ve occidente a oriente, en fin Villarriba y Villabajo. La respuesta es sencilla y trágica al mismo tiempo, no nos ven y no los vemos porque el pez grande ni siquiera piensa en el pez pequeño únicamente si puede y le interesa, lo engulle.

Afortunadamente vivir fuera de nuestras fronteras amortigua en cierta medida ese ruido ensordecedor que provocan los grandes medios de comunicación sobre polémicas, corruptelas, corruptos y corruptores, escándalos y demás acontecimientos socio-políticos de actualidad en tierra patria pero por otro lado, permite conocer aquellos que por aquí se cuecen, normalmente no tan sonados en el telediario ibérico de turno ya sea por lejanía, por no crear confusión lingüística a nuestros representante políticos de primer nivel o respeto a la Business Class anglosajona. Y es que más de un hijo de la Gran Bretaña piensa que hace tiempo esto dejó ser un país para convertirse en un negocio.

Brexit Europa
¿Terminará imponiéndose el Brexit?
 Si existe un ejemplo de actualidad es la campaña pro y antieuropea que está aconteciendo en Reino Unido gracias al cercano referéndum que decidirá un futuro ligado o no a Europa. La desinformación, el baile de cifras y el uso parcial de datos estadísticos oficiales está dejando sin palabras a la mayoría de la ciudadanía que cada día se encuentra más perdida en una de las decisiones más importantes de los últimos tiempos. Quizá el uso de medias verdades o mentiras se ha extendido tanto por parte de nuestros patrios representantes públicos que ha dejado de parecer terrible para una gran mayoría llegando a convertirse en la anécdota del día, pero para la sociedad británica una campaña abusiva y altamente tóxica es toda una novedad. El carácter tóxico intenta ahondar en los miedos de los ciudadanos con especulaciones y argumentos ambiguos sobre su futuro dando lugar a un ambiente idóneo para ideas sencillas y fácilmente absorbibles por el gran público más cercanas al odio y la separación que a todo aquello que nos une.

El increíble peso de esta decisión junto con la alta abstención y número de indecisos no ha hecho más que incrementar el nivel de crispación y propaganda en ambas partes. Tanto el Bréxit como el ala proeruopea instigan un mensaje cada vez más duro. El ahora reformado Cameron que atisba una posibilidad real de salida incluso tras haber conseguido hace meses todo lo que pidió a la UE, trata de movilizar esa parte de indecisos con mensajes centrados en la seguridad, la protección antiterrorista y los beneficios económicos que vienen de Europa. Mientras que el mensaje antieuropeo se centra en la disminución de la inmigración, la recuperación de un mayor control fronterizo y de una soberanía supuestamente entregada a Bruselas. La realidad es que nadie puede adelantar como será el posible escenario fuera de la UE, es desconocido y sus repercusiones a medio y largo plazo son aún más desconocidas así que la subjetividad parece no tener límites.

 Remain

Esta danza de argumentos y desinformaciones ha conseguido que finalmente la mayor parte de la ciudadanía haya optado por escuchar más el bolsillo que el corazón patrio o la cabeza y desde hace algunas semanas la economía se ha convertido en el pilar maestro del debate. Y mientras el valor de la libra esterlina baila a golpe de encuesta los proeuropeístas cuentan con un arma de gran calibre a su lado, el sector financiero y sus tiburones que no escatiman mensajes desalentadores para evitar una salida de Europa. Un claro ejemplo es el jefe ejecutivo de J. P. Morgan Jamie Dimon quien ha recordado que hasta unos 4.000 puestos de trabajo estarían en riesgo en la compañía por la barrera que supondrían ciertas tasas a la hora de operar en Europa. Un mensaje claro y directo que cala en una sociedad con grandes virtudes pero donde el dinero y el éxito laboral son demasiado importantes.

Por cierto, volviendo al Pub de William también hablamos del referéndum y su respuesta fue simple y directa – Si salimos de la UE dejo este país y me mudo a España. Yo no atisbé ni pizca de humor británico en sus palabras.


Fuente:  http://lareplica.es/europa-europa-no/

No hay comentarios:

Publicar un comentario