lunes, 5 de septiembre de 2016

Encuentran la sonda que se “perdió” en el cometa 67P

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Viajaron juntas una década por el espacio hasta llegar al cometa 67P.

Hace dos años se separaron. La nave Rosetta se quedó en órbita girando alrededor del cometa. La sonda Philae se lanzó para posarse sobre 67P.

El aterrizaje fue accidentado: los arpones que llevaba Philae para engancharse en la superficie del cometa no funcionaron y rebotó a casi un kilómetro de altura (la gravedad en 67P es minúscula).

Finalmente se posó en una zona de acantilados en sombra casi permanente. Sin luz llegando a sus paneles solares, las baterías de Philae se agotaron apenas 50 horas después y la sonda se apagó.

La nave Rosetta intentó volver a comunicarse con Philae, pero el silencio era absoluto.

Meses después, en el verano de 2015, cuando el cometa pasaba por su punto más cercano al sol, Philae recibió la suficiente energía como para comunicarse con Rosetta durante unos minutos. Pero nunca supimos el lugar exacto donde había caído.

El misterio ha sido resuelto en un vuelo de Rosetta a sólo 3 kilómetros sobre el cometa. La cercanía de la nave a la superficie ha permitido tomar imágenes de una resolución extraordinaria: cada pixel contiene 5 centímetros del cometa.

Philae ha aparecido en una de esas fotos:

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 Al fin conocemos el lugar exacto donde Philae había caído:

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 Y también sabemos por qué resultaba tan complicado comunicarnos con ella. No sólo se encontraba en una zona de acantilados con sombra casi permanente. Además aterrizó tumbada: dos de sus tres patas no tocan la superficie del cometa.

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