miércoles, 22 de febrero de 2017

Contrato contra el maltrato animal





La intuición del progreso moral nos invita a firmar las siguientes consideraciones:

   1) No divertirse a costa del sufrimiento de un ser vivo.
   Está claro que el mínimo sufrimiento animal no siempre puede ser cero. Ocurre sin duda en cuestiones de alimentación o investigaciones médicas, pero sí puede y debe ser totalmente nulo cuando se trata de una diversión. Ejemplos de alegría vergonzante son los espectáculos como los que se veían en el Coliseo romano, el boxeo, las peleas de gallos o perros, o ciertos festejos populares que pierden su gracia si no se martiriza un toro...
    2) Procurar que el sufrimiento ajeno sea siempre el mínimo posible.
   No podemos saber muy bien lo que sufre un animal cuando se le maltrata, pero una persona capaz de sentir compasión sí sabe muy bien lo que sufre cuando es testigo de un maltrato. Lo más razonable entonces es actuar por exceso poníendonos literalmente en la piel de las víctimas. Por ejemplo, no cuesta mucho ponerse en la piel de un animal despellejado vivo, en la de un perro de caza atado durante toda la época de veda, en la de un galgo obligado a entrenarse atado a un vehículo, en la de una oca cebada hasta la cirrosis...
   3) A más compasión y menos morbo, mayor probabilidad de progreso moral.
   (La compasión y el morbo son dones naturales que se regulan culturalmente. La familia o la escuela podrían ser útiles...)
   4) Revisar continuamente las creencias y tradiciones y no dudar en descartarlas cuando descubrimos que ya no son compatibles con el conocimiento inteligible y vigente de la realidad que nos toca vivir.
   (Una tradición no es, en sí misma, un argumento para justificar absolutamente nada. Nunca lo es. La esclavitud tenía una larga tradición, pero en el siglo XIX la realidad social y económica había madurado lo suficiente para pensar en cambiarlo todo.)
   5) Usar siempre el derecho propio a discrepar y respetar siempre el derecho a discrepar del prójimo.
   (Es mucho más grave conocimiento sin crítica que crítica sin conocimiento. No hay ninguna excusa que limite el derecho a la libertad de expresión cuando se trata de reflexionar sobre una idea. Por ello, tampoco hay excusa para dimitir del derecho a discrepar y del derecho a la crítica.)
   6) Cuestionarlo todo es un buen método que sólo puede favorecer el progreso moral.
   (Sólo se puede tener fe ciega en la duda.)
   7) Valorar el futuro en una escala de tiempo que vaya más allá de la generación en la que vivimos.
   Levantar la mirada por encima del horizonte para evaluar la buena marcha del espíritu de los tiempos.
   8) Valentía a la hora de seguir las siete recomendaciones anteriores.
   De aquí surge quizá la mejor definición de valiente: valiente es el que antepone el progreso moral a cualquier otra forma de progreso.



Teoría de la creatividad
Jorge Wagensberg

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