lunes, 30 de abril de 2018

Greenpeace alerta sobre el riesgo de la central nuclear flotante con destino al Ártico

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 Akademik Lomonosov es la primera central nuclear flotante y en principio no será la última: el gobierno ruso tiene previsto construir y enviar al ártico y a otras regiones varias de estas centrales nucleares para proporcionar energía a regiones remotas; uno de los propósitos es, según Greenpeace, suministrar energía a instalaciones de extracción de gas y petróleo. Pero también tiene capacidad para suministrar electricidad a miles de viviendas y hacer funcionar desaladoras de agua.

Aunque inicialmente estaba previsto cargar el combustible de la Akademik Lomonosov en San Petersburgo finalmente —debido a la presión de los estados bálticos por los que tenía que pasar el planta flotante y a la petición organizada por Greenpeace Rusia— la carga y prueba de encendido del reactor nuclear se realizará finalmente en Murmansk. La planta después de remolcará otros 5000 km hasta su destino final cerca de Pevek, en la región de Chukotka.

Para Greenpeace y otros ambientalistas este “chernóbil on ice” no es una buena idea y supone un “riesgo evidente” para un entorno ya castigado por el calentamiento global. Entre otros motivos, argumenta Greenpeace, la planta carece de sistemas de propulsión (en su lugar para moverla hay que remolcarla cuando sea necesario) lo que significa que “es especialmente vulnerable a los tsunamis o ciclones.”

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 Según el experto nuclear Jan Haverkamp, de Greenpeace, "esta peligrosa iniciativa no sólo supone una amenaza para el Ártico, sino que también supone una amenaza potencial para otros espacios naturales vulnerables y para regiones densamente pobladas.”

Al menos una quincena de países se han interesado ya por las plantas nucleares flotantes rusas incluyendo China, Algeria, Indonesia, Malasia y Argentina.


Fuente:  http://www.microsiervos.com/archivo/ecologia/greenpeace-alerta-riesgo-central-nuclear-flotante-artico.html

David Graeber: “En Rojava saben que no te puedes librar del capitalismo si no te libras antes del patriarcado”

La mutación del capitalismo, la uberización del empleo, el poder del feminismo, la lacra moral de la deuda o el origen de la desigualdad son algunos de los temas que trata en esta entrevista el antropólogo estadounidense David Graeber, que visita Madrid para participar en un evento en apoyo al pueblo Kurdo y la revolución de Rojava.

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El antropólogo y activista norteamericano David Graeber durante su visita a Madrid David Fernández
 Como un proscrito ideológico, este antropólogo y activista da clases en la London School of Economics, tras ser expulsado de Yale y ser rechazado de todas las universidades de su país, Estados Unidos, por declararse anarquista. Fue uno de los líderes del movimiento Occupy Wall Street, aunque él odia definirse así. Su libro En deuda: una historia alternativa de la economía (Ariel, 2012), marcó un antes y un después en los estudios antropológicos y ha hecho temblar la concepción y todo lo dicho anteriormente sobre el dinero, la deuda y la evolución de las relaciones humanas en un plano económico y moral.

Recibe a El Salto con el pelo despeinado y lamparones en los pantalones. Tiene prisa porque quiere ir a visitar una exposición sobre la Guerra Civil —su padre fue voluntario en las Brigadas Internacionales en defensa de la República Española en 1937— pero se toma con calma responder a las preguntas. Se nota que le fascina hablar sobre Rojava y la revolución kurda, movimiento que sigue desde muy cerca y del que opina que es “la revolución que está haciendo lo que nosotros solo habíamos soñado”. Tiene claro que en Rojava han dado con la clave: “El primer paso es acabar con el patriarcado”.

Has visitado Madrid para participar en un evento llamado “La filosofía de la revolución detrás de Rojava”, ¿qué filosofía hay detrás?
La revolución de Rojava es lo que aparece tras años y años de debate en los movimientos kurdos, particularmente el del PKK [Partido de los Trabajadores de Kurdistán] y otros movimientos revolucionarios. Lo que empezó como un movimiento convencional marxista-leninista y separatista que exigía un Estado socialista, ha evolucionado en una dirección increíblemente interesante, en gran parte debido a la evolución en la filosofía de Abdullah Öcalan, el líder intelectual del movimiento, aunque no exclusivamente por ello. Viene de muchos debates y luchas en el movimiento, los cuales, creo yo, han finalizado en una fascinante sintetización de las ideas tradicionales de la corteza interior kurda y otro tipo de ideas, en una síntesis práctica de una filosofía que casi ha tomado cuerpo en instituciones sociales en una manera que nadie había intentado en generaciones y que hayamos visto hasta ahora.

El confederalismo democrático, ¿se podría aplicar a otros países?
¿Por qué no? En un principio, el confederalismo democrático fue desarrollado como una idea sobre qué hacer en América. Cada lugar debería desarrollar su propia versión. Nunca sería exactamente igual en dos sitios diferentes. Pero sus principios básicos -de abajo a arriba, la democracia directa, donde puedes tener delegados en vez de representantes- son cualidades que se han dado, de una manera u otra, muchas veces en la historia de la humanidad, en muchos lugares del mundo. No se trata de una doctrina política específica y concreta, es más una cuestión de principios.

¿Está la izquierda, a nivel global, haciendo lo suficiente con el conflicto de Rojava?
Me encantaría decir que sí. Yo me he quedado en shock cuando, por ejemplo, veo que en una página web del Reino Unido, que suele representar a amplios sectores del sindicalismo anarquista, comunistas y otros sectores, se han publicado ocho artículos que están específicamente en contra de la revolución en Rojava y solo dos que estaban moderadamente a favor. Parece ser que existe una increíble suspicacia sobre el movimiento que, en mi opinión, parece un tanto racista. Siempre existen estas personas que tienen una doctrina sobre lo que una revolución debería ser, pero que no tienen ninguna conexión con la realidad porque, en sus países, no están haciendo nada de lo que predican. Lo único que hacen es pensar en ese movimiento socialista revolucionario y soñar cómo les gustaría que fuera. Entonces comparan ese imaginario revolucionario con el que sueñan, y para el cual no han hecho casi nada para alcanzarlo, con un movimiento revolucionario actual en el cual hay mucha gente que lleva años preparándolo y trabajando en el ambiente más difícil posible. Creo que existe una gran falta de respeto.

Además en esta suspicacia te encuentras a gente que dice cosas tipo: “Al principio se llamaban leninistas, luego se autoproclamaron socialistas libertarios, ahora anarquistas…" y se preguntan "¿cómo sabemos que no son un movimiento que simplemente está cambiando y fingiendo una ideología para impresionarnos?”. La arrogancia de esta postura me deja alucinado. Lo primero por la falta de sentido común, porque si quieres fingir una ideología para buscar apoyo estando en Oriente Medio no eliges el anarquismo. Que tipo de idiota haría eso [risas]. Para eso hubieran dicho que son neoliberales y enseguida les habrían conseguido armas. Pensar que millones de personas están fingiendo una ideología para impresionar a unos sindicalistas en un pub de Brighton… ese tipo de condescendencia me deja en shock.

Pero por otro lado, creo que, especialmente entre la gente joven más progresista, sí se hace. Quiero decir, esta gente está haciendo lo que nosotros solo hemos soñado y eso está moviendo a mucha gente. Están atrayendo a brigadistas internacionalistas y otros tipos de solidaridad que ellos necesitan. Creo que eso es realmente inspirador.

 Parece que necesitamos etiquetar todo para apoyarlo. ¿Puede que la revolución en Rojava todavía no tenga una etiqueta o que no podemos entenderla?
Podría ser, pero toda revolución llega por unas circunstancias históricas únicas y yo estoy seguro que, incluso hace 100 años, cuando la izquierda estaba igual o incluso más dividida que ahora, habría al menos un consenso en apoyar algo como esto. Pero parece que ahora la gente es mucho más suspicaz. Eso es lo que realmente me sorprende.

¿Cómo ves esos grandes movimientos sociales que aparecieron hace unos años, como Occupy o el 15M?
Es interesante que en 2008, justo después del crash, se pensó que iba a haber muchos disturbios a nivel mundial, pero nada pasó. Hubo un hueco de tres años hasta que las cosas empezaran a ocurrir. Luego hubo un hueco de otros tres años hasta que expulsaron a todos esos movimientos de las plazas. Parecía que se iba a convertir en algo político, que iba a hacer cambiar a los partidos… pero nada de eso parece que haya ocurrido. Tras otros tres años, no parece que esté nada claro lo que está pasando ahora mismo.

A mí me parece que nos encontramos inmersos en una lucha por saber qué va a reemplazar al imperio americano. Y creo en cierto modo eso es de lo que iban todos esos movimientos: una primera ola de contestaciones a lo que parece que va a ser el próximo imperio mundial. Por eso empezó en Oriente Medio.

Uno de los motivos por los que veo el fenómeno de Rojava inspirador y con mucha esperanza es que han sido bastante claros con todos los poderes internacionales que han intentado intervenir y les han dicho que no podían llegar para cambiar las reglas y llevarlos a ese antiguo juego de “terroristas luchando en un guerra de petróleo”, ni volver a lo mismo de siempre.

Creo que todos estos fenómenos están interconectados. Incluso el fenómeno Trump. América está ligada al mismo tipo de descontento y resistencia hacia el actual sistema político, pero también lo estaban los movimientos Occupy en las plazas. Es todo parte de una misma cosa: el sistema neoliberal, eso que nos dijeron que iba a ser la alternativa tras la caída del bloque soviético pero que se ha demostrado que, de igual modo, está construido sobre arena. Es un momento muy singular el actual ya que no sabemos qué es exactamente lo que va a sustituir a esa estructura imperialista, pero se está implantando muy muy rápido.

Hablando de Trump. Ahora mismo está implementando medidas proteccionistas, ¿crees que es el principio del fin del libre comercio?
Bueno, la verdad es que creo que el principio del fin del libre comercio fue antes de eso, pero es cierto que se está acelerando rápidamente. Creo que vamos a volver a esa clásica división global en bloques.

La elección de Trump representó el divorcio entre el mundo financiero y el inmobiliario, los cuales tenían este particular matrimonio en los Estados Unidos, en el que el sector inmobiliario viene precedido por el sector de la construcción, el sector al que Trump representa, ya que él mismo es constructor. Durante muchos años este sector ha promovido y financiado a la izquierda y el que se hayan aplicado políticas socialdemócratas por una razón obvia: las casas y los terrenos no se pueden exportar y, por ello, necesitaban promover que la gente pueda permitirse comprarlas. O sea que visto desde esa perspectiva, ese sector se comportó como socialdemócrata. Entonces, ¿qué ha pasado? Aquí hay algo interesante para ese extraño matrimonio: si le prestas dinero a la gente no necesitas redistribuir la riqueza. Ese sueño neoliberal del sector financiero y del inmobiliario estaba íntimamente ligado, hasta que saltó por los aires con la crisis de las hipotecas basura en 2008.

En la contienda electoral entre Hilary Clinton y Trump, ella era claramente la candidata de Goldman Sachs y representante del sistema financiero global, pero también lo era de la guerra, ya que quería empezar una guerra con Rusia. Lo cual tiene mucho sentido, ya que el sistema financiero es el brazo recolector de impuestos del imperio americano. Esto viene de lejos y es como se financia el Pentágono, tal y como ha explicado en varias ocasiones y con mucho detalle Michael Hudson. Entonces llegamos a una situación donde Trump, el representante del sector inmobiliario, hace equipo con los grandes empresarios del mundo del software y la alta tecnología de Silicon Valley y decide hacer una clásica técnica de llamamiento corporativo donde los empresarios y los empleados tienen intereses comunes en contra del sistema financiero. Este tipo de populismo corporativista puede tomar una dirección de socialdemocracia de izquierdas cuando se habla de recuperar el trabajo y las rentas de la gente, o puede tomar una muy fascista si por ejemplo promueves que el sistema financiero está controlado por judíos y que entonces hay que matarlos. Entonces se ha dado que, gracias a la situación que hay actualmente en América, el candidato fascista se haya presentado a las elecciones como el candidato por la paz.

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El antropólogo y activista norteamericano David Graeber durante su visita a Madrid David Fernández
 Volviendo a los movimientos sociales, ¿qué opinas de la fuerza que está demostrando actualmente el feminismo? Porque parece que tras el 8 de marzo sea el único movimiento que ha sido capaz de aglutinar a otros.
Así es. Bueno, en los Estados Unidos se está dando una situación muy extraña donde el feminismo ha sido fuertemente cooptado por el militarismo, algo muy raro. Pero lo que resulta tremendamente inspirador del movimiento de Rojava es que han puesto el feminismo en el centro de su revolución. Con la gente que he hablado sobre el tema lo explican de una manera muy explícita: ellos dicen que son anticapitalistas, pero que lo que han aprendido del siglo XX es que no puedes empezar el anticapitalismo y querer resolver primero el problema con el sistema de Estado, para luego empezar a hablar de la familia… ellos creen que se tiene que hacer en la dirección contraria: no te puedes librar del capitalismo sino te libras del Estado, y no te puedes librar del Estado si no te libras del patriarcado, por lo que tenemos que empezar con el patriarcado. Librarse del patriarcado no va a ser fácil, pero creo que darle a todas las mujeres armas automáticas, como han hecho ellos, es un buen comienzo [ríe].

En mi trabajo como antropólogo, colaborando con arqueólogos, intentando reescribir la narrativa sobre los orígenes de la desigualdad, hemos concluido que hemos errado en la localización y el enfoque del problema. Todo el mundo cree que es un problema de escala. Pensamos que si estás en un pequeño grupo de gente es fácil ser igualitario y democrático, pero que al llegar a una grupo más grande y complejo, como una ciudad, será más difícil. Pero lo cierto es que los datos parecen mostrar lo contrario. No es tan difícil organizar sociedades de manera igualitaria y democrática y parece ser, según los datos arqueológicos, que hay muchos ejemplos históricos sorprendentes que lo demuestran. Por lo que la escalabilidad no es el problema.

 Pero, por otro lado, es más difícil encontrar sistemas igualitarios y democráticos dentro de las familias, más que encontrar ciudades. Por lo que creo que es crucial que si queremos imaginar ese tipo de sociedad más igualitaria que queremos tener en el futuro, debemos apuntar donde están los verdaderos problemas, que no tienen por qué estar donde creemos ahora mismo. Por esa razón creo que el movimiento feminista es completamente imprescindible y el movimiento kurdo, ahí, ha acertado totalmente.

Hablemos de deuda. Mario Draghi ha avisado de que, entre finales de este año y comienzos de 2019, puede que acabe el Quantitative Easing (QE) y empiecen a subir los tipos de interés. Con los niveles actuales de deuda pública, ¿qué crees que puede ocurrir?
El tema es que el QE es un intento de volver a reflotar una nueva burbuja. Es una manera muy reaccionaria de intentar mantener la economía a flote, aunque realmente es una manera de hacer subir el valor de los activos y los bienes de la gente rica. Si hubieran cogido el dinero y lo hubieran distribuido directamente a la gente habría tenido un efecto 20 veces mayor. ¿Por qué no lo han hecho?

La teoría del helicóptero.
Exacto. Parece que el QE es eso y lo podrían haber repartido entre gente que lo vaya a gastar… pero supongo que tendrá algo que ver con la estabilización, etc. Pero lo que yo veo es que la distribución de la deuda no tiene nada que ver con la moral, sino con el poder político. Tienes todo este dinero metido en el sistema y se ve en quién acaba, a quién le acaban perdonando las deudas, quién acaba obteniendo el beneficio de la creación de la deuda... Todo se traduce en influencias y poderes políticos. De ahí, de esa gente, fue de donde sacamos el concepto del 1% frente al del 99%. No era un simple lema, lo hacíamos para señalar a toda esa gente que monopoliza la riqueza, los recursos y que son los únicos que se benefician del crecimiento, pero también nos referimos a toda esa gente que hace las contribuciones a las campañas electorales. Basicamente la gente que hace de la riqueza poder y del poder riqueza. El QE ha demostrado cómo de real era eso. De todas las maneras con las que se podría rescatar la economía, ellos han elegido la única que rescata a los que más tienen y menos lo necesitaban.

 ¿Y qué puede hacer ese 99% para dejar de pagar esas deudas?
Ya hay mucha gente que no las está pagando. Algo muy curioso que descubrimos, cuando intentamos formar un movimiento contra la deuda tras el Occupy, es que la deuda no estaba ni de lejos entre los problemas que más preocupaban a la gente. Por lo que pensamos que igual lo mejor era comenzar movimientos de desobediencia civil contra las deudas, pero, obviamente, no queríamos que la gente se metiera en muchos problemas. Por lo que pensamos en crear un documento que la gente pudiera firmar y que dijera algo así como que si los acreedores no cedían a refinanciar las deudas o a hacer quitas, dejarían de pagarla. Fue muy difícil hacer que la gente lo firmara. No funcionó muy bien. Tuvimos que analizar el por qué y nos dimos cuenta de que la gente no iba a firmar este documento porque ya estaban impagado sus deudas. La gente ya estaba en default. Si miramos los préstamos estudiantiles, las hipotecas o las tarjetas de crédito, nos podemos dar cuenta de que en un país como los Estados Unidos ya hay muchas familias que están en default de una manera u otra. La manera de desobedecer a las deuda del sistema financiero es no pagarlas, por lo que ahora mismo ya hay mucha gente que está practicando la desobediencia civil contra la deudas y contra el capital financiero. Pero la cuestión es que esas personas no hablan entre ellas. Se sienten avergonzadas, creen que son las únicas en esa situación, creen que han hecho algo malo. La deuda es un tema de moralidad. Lo que realmente necesitamos es una forma más pragmática de organizarnos. Necesitamos una transformación moral que haga que las personas hablen entre ella y se den cuenta que la deuda es un problema que nos afecta a todos y que no es culpa de ellas. De ahí sacamos la idea del ejército invisible de desobediencia, en referencia a toda esa gente que no se conoce una a otra pero que están practicando la misma desobediencia al no pagar sus deudas. Entonces realizamos el Manual de operaciones para la resistencia a la deuda y juntamos información sobre diferentes industrias para averiguar cuánto de cierto hay cuando te amenazan por no pagar. Nos dimos cuenta de que muchas de las compañías de préstamos no hacían nada si no les pagabas, más allá de destrozar tu nota crediticia. Esa información era muy valiosa para poder mostrar algo a la gente que le fuera útil.

 ¿Sabes que aquí tenemos la Plataforma de Afectados por la Hipoteca?
Sí, he oído hablar de ellos.

Pero en este caso, y otros, no es una cuestión de que la gente no quiera pagar las deudas, sino de que no pueden.
Sí, pero creo que también es una cuestión de prioridades. El dinero que te podrías estar gastando en pagar tus deudas lo prefieres gastar en algo que tenga un efecto social más positivo, porque lo vas a gastar en tu familia, lo vas a gastar en tus amigos y ese dinero tendrá un efecto mucho más positivo sobre la economía y sobre la sociedad que si pagas tus deudas.

También has usado mucho el término bullshit jobs [trabajos de mierda] para hablar de los trabajos que no tienen ninguna razón de existir ni beneficio social, pero ¿cómo ves el fenómeno de la uberización del empleo?
Es un fenómeno diferente. Esa uberización del empleo no es más que la pura y antigua superexplotación del capitalismo, no tiene otro nombre. Cuando yo hablo de los bullshit jobs me refiero a trabajos que no aportan nada a la sociedad, pero no hay nada más útil que un buen sistema de transporte público. Por lo que algunos de esos servicios como Uber son más bien lo contrario.
Pero lo curioso aquí es ver cómo se ha separado completamente el valor y la utilidad del trabajo, de la compensación económica que se recibe por él. Parece que cuanto más beneficioso es tu trabajo para la gente, menos cobras. Pero lo más curioso, que es algo que intento explorar en mi nuevo libro, es cómo la gente justifica esto. Porque tú puedes ser una de esas personas que son pagadas menos de lo que realmente aporta su profesión a la sociedad, como una enfermera, y estar muy contenta con tu trabajo e indignada con tu salario al mismo tiempo. O también puedes ser uno de esos abogados que trabajan para grandes empresas cobrando mucho pero sabiendo que tu trabajo no tiene ningún sentido y sentirte miserable. Lo curioso es que todos, cuando miramos a la sociedad de una manera más abstracta, parecemos estar de acuerdo con que esto sea así. Esa validación por parte de la sociedad de que cuanto más valioso es tu trabajo menos tendrías que cobrar es algo que me parece tremenda y perversamente extraño.


Fuente: https://www.elsaltodiario.com/rojava/david-graeber-entrevista-revoulcion-kurda-rojava-feminismo-capitalismo-deuda

Imágenes de Shah Marai, el fotógrafo de AFP asesinado en Kabul

Shah Marai, jefe de fotografía de la AFP en Afganistán fallecido este lunes en un atentado suicida. Trabajaba para agencia francesa desde 1996 y fue un testigo privilegiado de los trágicos acontecimientos que devastaron al país en las dos últimas décadas

Más información: https://elpais.com/elpais/2018/04/30/album/1525088873_648489.html?id_externo_rsoc=TW_CM#foto_gal_2

Una mujer afgana pasa frente a las ruinas de las antiguas estatuas de Buda en la ciudad de Bamiyán, el 1 de agosto de 2010.
Una mujer afgana pasa frente a las ruinas de las antiguas estatuas de Buda en la ciudad de Bamiyán, el 1 de agosto de 2010. AFP
Un niño caminia con globos en la ciudad afgana de Kabul, el 7 de febrero de 2013.
Un niño caminia con globos en la ciudad afgana de Kabul, el 7 de febrero de 2013. AFP
Un niño transporta una oveja sobre sus hombros en un mercado de ganado en Kabul (Afganistán), el 22 de septiembre de 2015.
Un niño transporta una oveja sobre sus hombros en un mercado de ganado en Kabul (Afganistán), el 22 de septiembre de 2015. AFP
Una mujer afgana sostiene a su bebé en brazo mientras asiste a un mitin electoral del candidato presidencial afgano, Abdullah Abdullah, en Jalalabad, el 18 de febrero de 2014.
Una mujer afgana sostiene a su bebé en brazo mientras asiste a un mitin electoral del candidato presidencial afgano, Abdullah Abdullah, en Jalalabad, el 18 de febrero de 2014. AFP

Varoufakis vuelve para revolucionar la izquierda europea

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 En realidad nunca se ha marchado. Ni tampoco debió fracasar del todo tras su efímero paso por el Ministerio de Finanzas griego en los peores momentos de la crisis del euro. Yanis Varoufakis (Atenas, 1961), persistente látigo del establishment europeo, adora los focos en la misma medida que sus numerosos seguidores se inspiran con su mensaje, que nunca renuncia a la provocación sobre los temas más delicados – los lectores de El HuffPost recordarán su incendiaria entrevista: "Madrid quiere aplastar a Cataluña para dar una lección"-. Ahora Varoufakis teje su nuevo sueño: regresar a la política para reagrupar a la izquierda en las elecciones europeas del año que viene.

En febrero de 2016 el líder griego fundó en Berlín Diem25, un movimiento europeo cuyo objetivo es "democratizar la Unión Europea", bajo la premisa de que si la Unión no cambia radicalmente se desintegrará. "Nos hemos juntado a pesar de nuestras diversas tradiciones políticas – Verdes, izquierda radical, liberal – para reparar la UE. Debemos actuar pronto", aseguraban.

En su página web se pueden ver algunas de las dispares figuras que apadrinan DiEM25: desde el popular filósofo esloveno, Slavoj Zizek, pasando por Julian Assange hasta figuras del entorno de Podemos como la alcaldesa de Barcelona Ada Colau o el líder del sector anticapitalista Miguel Urbán. Uno de los últimos en sumarse ha sido el excandidato socialista a la presidencia de Francia, Benoît Hamon, un fichaje que da idea de la disposición del movimiento de Varoufakis para tomar impulso sobre los rescoldos de la socialdemocracia europea.

Una frenética actividad mediática
Tras su dimisión como Ministro de Finanzas en julio de 2015, un puesto en el que sólo estuvo seis meses, Varoufakis ha publicado cuatro libros, incluyendo Adultos en la sala, donde lejos de la autocrítica – Grecia vivió un corralito y puso un pie fuera del euro - destripa las tensísimas reuniones de aquellos días y se reafirma en su gestión.

A pesar de su polémica hoja de servicios, su tirón mediático le ha mantenido expuesto en los medios tras su salida del poder, en especial en la prensa británica. Prolífico articulista en medios progresistas como The Guardian o estrella invitada en cabeceras liberales como Financial Times, este Bruce Willis de la política evoca un atrayente aura romántica en ciudadanos de amplio espectro ideológico.
Varoufakis acumula quizás tantos detractores como fans. Un lector griego de Financial Times se quejaba indignado en una carta al director: "por favor, dejen de promocionarlo... Aquellos que contemplamos su negociación con la troika todavía tenemos que vivir con los daños causados a la economía griega". El breve texto fue el más leído en la sección durante semanas.

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 Tampoco genera simpatías entre Syriza, el partido griego en el poder que lo apoyó como ministro, ni tampoco su antiguo jefe, el primer ministro Alexis Tsipras, del que ha revelado mensajes privados de teléfono en las horas críticas sobre la posible salida de Grecia del euro. Pero Syriza y Tsipras son para Varoufakis parte del pasado.

Hace semanas fundó también su propio partido político en Grecia, el MeRA25, parte de la marca europea DiEM25 y con el que se proponen formar "un frente griego patriótico de europeístas" que practican la "desobediencia responsable" para "acabar con la obediencia ciega a la troika y la oligarquía".

Una difícil tarea: reagrupar la izquierda europea
La popularidad de Varoufakis no será suficiente para garantizar el éxito en la hercúlea tarea que DiEM25 tiene por delante: agrupar a las fuerzas de izquierda en el continente de cara a presentar una lista coordinada en las elecciones del Parlamento Europeo de mayo 2019. El asunto no es fácil porque la mayoría de sus posibles socios están agrupados actualmente entorno a "La Izquierda Europea", un amalgama de partidos comunistas y de nueva izquierda que suma modestamente 52 eurodiputados y es el quinto grupo de la Eurocámara.

La formula de Diem25, explican sus promotores, pasa por romper la vieja dicotomía entre la izquierda y la derecha y sumar nuevos ingredientes: feminismo, ecologismo, europeísmo crítico y todo sin olvidar la dimensión – populista, dicen sus críticos - que divide la sociedad entre los de arriba y los de abajo. "Llevamos un año y medio realizando asambleas por Europa y explicando un programa detallado y realista de acción inmediata, un New Deal, que no requiere modificar los tratados europeos", explica a El HuffPost Luis Martín, coordinador de comunicación de DiEM25.
El cortejo de Varoufakis ha comenzado. Recientemente ha enviado una carta conjunta al líder de Podemos Pablo Iglesias, a Catarina Martins (líder del Bloco portugués), a Gregor Gysi (presidente de La Izquierda Europea) y Jean-Luc Melénchon (líder de Francia Insumisa) para invitarles a una reunión en Lisboa donde han avanzado en sus preparativos para las europeas y propuesto un nombre para sus listas: "Primavera europea". En el encuentro han participado como observadores Barcelona en Comú, el partido de Ada Colau y Actúa, la plataforma que promueven Gaspar Llamazares y Baltasar Garzón, explica Martín.

Podemos dice no (de momento)
Miguel Urbán, responsable de Europa en Podemos, ha sido parte de los fundadores de DiEM25, pero se muestra muy crítico con la propuesta actual. "Yanis [Varoufakis] me dijo al inicio que DiEM25 no sería un partido y no se presentaría a las elecciones, justo lo contrario de lo que proponen ahora. Están construyendo la casa por la ventana", explica Urbán a El HuffPost.

El 12 de abril Pablo Iglesias se reunió en Lisboa con Melénchon y Martins y firmaron un manifiesto con la idea de "enterrar la era de la austeridad en Europa y construir una Europa democrática, justa y que respete la soberanía de los pueblos". El problema para converger todas estas fuerzas reside en su pluralidad. "Nosotros no compartimos con Melénchon y la Francia Insumisa su plan B sobre desmontar Europa. Nuestra vocación es cambiar la Unión Europea pero sin renunciar a ella. En todo caso, vamos a tratar de entendernos", explica el portavoz de DiEM25.

Urbán no cierra la puerta a algún tipo de entendimiento con "las fuerzas del cambio que se quieran poner enfrente del federalismo que apadrinan Macron y Merkel y el antieuropeismo de Le Pen" donde DiEM25 puede formar parte, pero no en los términos que plantea Varoufakis, razona el dirigente de Podemos.

La Izquierda Europea dispuesta a colaborar
El Presidente de la Izquierda Europea, Gregor Gysi, respondiendo por escrito a las preguntas de este medio, asegura que no ha podido participar en la reunión de Lisboa pero ha enviado a un colaborador. "Me reuní con Melénchon en enero, con Varoufakis en marzo y en mayo me veré con Pablo Iglesias. Creo que sería una buena idea sentarnos todos en una misma mesa y explorar nuestros puntos comunes y colaboraciones. Debemos evitar que la izquierda europea se presente a las europeas con tres listas distintas".

Mientras se activa el cronómetro para la cita electoral de 2019, otro outsider de la política, pero de ideas diferentes a las de Varoufakis, Emmanuel Macron, aspira también a revolucionar el amalgama de fuerzas liberales y crear su propia marca europea. ¿Podrán con el establishment europeo?


Fuente: https://www.huffingtonpost.es/carlos-carnicero-urabayen/varoufakis-vuelve-para-revolucionar-la-izquierda-europea_a_23420048/?utm_hp_ref=es-homepage

domingo, 29 de abril de 2018

Informe 2017/18



Informe 2017/18 https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/informe-anual/

Médicos Sin Fronteras ha atendido a casi 650 palestinos con heridas de bala desde el inicio de las protestas en Gaza

La mayoría han necesitado operaciones quirúrgicas: "Las heridas de salida que están viendo los cirujanos son inusualmente grandes y muy difíciles de curar"
Amnistía Internacional ha realizado un llamamiento a la comunidad internacional para imponer un embargo de armas contra Israel


Protestas en la Franja de Gaza en conmemoración del aniversario de la expulsión de los palestinos en 1948.
EFE
 Médicos Sin Fronteras (MSF) ha atendido a casi 650 palestinos con heridas de bala desde el inicio de las protestas en la Franja de Gaza en conmemoración del aniversario de la expulsión de los palestinos en 1948, un número que supera a los que asistió en 2014, durante la operación israelí Margen Protector, confirmó este pasado sábado la coordinadora de proyectos en Gaza, Elizabeth Gross.

Según Europa Press, la coordinadora quiso destacar las graves consecuencias de las heridas sufridas por los palestinos. "Según los cirujanos, estamos viendo un tipo muy específico de paciente: heridas en las extremidades inferiores, con fracturas múltiples, alto riesgo de infección, daño masivo en los tejidos y con consecuencias a la largo plazo", declaró.

Del total de 642 atendidos, solo 180 requirieron una atención leve –vendajes, ha especificado Gross–. El resto necesitó de operaciones quirúrgicas. "Las heridas de salida que están viendo los cirujanos son inusualmente grandes y muy difíciles de curar", indicó la coordinadora.

Los riesgos a largo plazo que citaba Gross dependen del proceso de recuperación. "Si hay infección, el riesgo de amputación aumenta", declaró, al tiempo que señala que siempre queda la amenaza de que los supervivientes puedan padecer "rigidez y parálisis".

Ante la carga de pacientes, MSF tomó la decisión de triplicar su número de camas, de 500 a 1.500, en las tres clínicas de cuidados postoperatorios y de trauma, con dos equipos de emergencia especializados a la espera de que en los próximos días se una otro equipo más.

Embargo de armas
Amnistía Internacional realizó un llamamiento a la comunidad internacional para imponer un embargo de armas contra Israel después de la violencia exhibida por las fuerzas israelíes durante las protestas, donde han muerto más de 40 palestinos y más de 5.500 han resultado heridos por fuego israelí.

"Israel está llevando a cabo un asalto asesino contra los palestinos que protestan, y sus fuerzas están asesinando y mutilando a unos manifestantes aunque no representan una amenaza inminente para ellos", denunció la ONG.

Amnistía Internacional renovó su llamamiento a los gobiernos de todo el mundo "para que impongan un embargo de armas general a Israel tras la respuesta desproporcionada del país a las manifestaciones masivas".

"Durante estas semanas, el mundo ha observado con horror cómo los francotiradores israelíes y otros soldados, con todo el equipo de protección y detrás de la valla, han atacado a los manifestantes palestinos con munición real y gas lacrimógeno", según la directora regional adjunta para Oriente Próximo y África del Norte en Amnistía Internacional, Magdalena Mughrabi.

"A pesar de la amplia condena internacional, el Ejército israelí no ha revertido sus órdenes ilegales de disparar contra manifestantes desarmados", añadió.

Mughrabi declaró que "el momento de las declaraciones simbólicas de condena ha terminado". "La comunidad internacional debe actuar de manera concreta y detener la entrega de armas y equipo militar a Israel", según sus palabras.

"De lo contrario, continuarán los graves abusos contra los derechos humanos de miles de hombres, mujeres y niños que sufren las consecuencias de la vida bajo el cruel bloqueo de Gaza por parte de Israel. Estas personas simplemente están protestando por sus condiciones insoportables y exigiendo el derecho a regresar a sus hogares y pueblos en lo que ahora es Israel", manifestó.

Amnistía recuerda que Estados Unidos es, con mucho, el principal proveedor israelí de equipamiento y tecnología militar, con el compromiso de proporcionar 38.000 millones de dólares en ayuda militar durante los próximos 10 años. Pero otros países, incluidos los estados miembros de la UE como Francia, Alemania, el Reino Unido e Italia, autorizaron grandes volúmenes de equipamiento militar para Israel.

Fuente: https://www.infolibre.es/noticias/mundo/2018/04/29/medicos_sin_fronteras_atendido_casi_650_palestinos_con_heridas_bala_desde_inicio_las_protestas_gaza_82308_1022.html

Grandes tramposos de la ciencia

Suicidios, humillaciones, fraudes, sabotajes y chantajes. Los investigadores han recurrido a todo tipo de mañas y mentiras para obtener el reconocimiento de sus colegas. La presión ha llevado a biólogos, paleontólogos y físicos a anteponer las malas prácticas por el supuesto bien del conocimiento.

<p>El biólogo austriaco Paul Kammerer fue un apasionado de la zoología.</p>
El biólogo austriaco Paul Kammerer fue un apasionado de la zoología.
 En los años 20, un grupo de sapos parteros –una especie que vive y se reproduce en tierra– fue obligado a vivir en el agua. Según el artífice del experimento, las crías se acostumbraron al medio acuático, donde se aparearon. El resultado fue una tercera generación de estos anfibios que ya estaban empezando a desarrollar unas almohadillas negras en sus patas delanteras, un rasgo típico de especies acuáticas.

Hasta aquí todo podría parecer un exitoso capítulo de la historia de la ciencia, si no fuera porque el artífice de los experimentos, el biólogo austriaco Paul Kammerer, fue acusado de falsear los resultados inyectando tinta negra a los sapos para simular las almohadillas. Incapaz de defender sus resultados, Kammerer se suicidó en septiembre de 1926.

“Nunca pudo haber hecho los experimentos que afirmó haber hecho”, manifiesta a Sinc Jacques van Alphen, profesor emérito de la Universidad de Ámsterdam y autor de varios estudios que refutan el renovado interés por la labor científica de Kammerer.

Tras caer en descrédito, los hallazgos del biólogo, nacido en 1880 e hijo de un fabricante de instrumentos científicos, volvieron a ver la luz con un libro del periodista Arthur Koestler de 1971 en el que se sugería no solo que Kammerer fue víctima de una conspiración antisemita, sino que en realidad fue un científico adelantado a su tiempo. De hecho, el investigador de la Universidad de Chile Alexander Vargas le considera ahora el padre de epigenética, la ciencia que estudia cómo los cambios en el ambiente imprimen alteraciones en los individuos.

“La evidencia del papel de la epigenética en la evolución es escasa o inexistente. Si Vargas tuviera razón, Kammerer también habría sido la primera persona en proporcionar esa evidencia”, dicen Alphen y Jan W. Arntzen, del Naturalis Biodiversity Center, en un estudio publicado recientemente en la revista Contributions to Zoology.

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A la izquierda, Kammerer. A la derecha, arriba, los dedos de un sapo partero de agua. A la derecha, abajo, un esquema del animal tomado de una publicación de Kammerer. / Universidad de Chile
 Los resultados antes que las evidencias
Kammerer, licenciado en biología en la Universidad de Viena, centró sus trabajos en alterar la reproducción y el desarrollo de lagartos, anfibios y otros animales. Fue contratado en su universidad siendo aún un estudiante. Eso pudo hacer que el joven se sintiera presionado para producir buena ciencia porque tanto sus directores como sus colegas de la Estación de Investigación Biológica era científicos famosos.

Hace un siglo, Kammerer, que abogada por el lamarckismo (teoría sobre la evolución adaptada al entorno defendida por Jean-Baptiste Lamarck), publicó sus primeros trabajos. Según él, en dos especies –la salamandra y el sapo partero–, los cambios parecían transmitirse de generación en generación.

Hasta el año 1923 Kammerer trabajó en la institución austriaca y los últimos tres años se dedicó a dar charlas por Europa y EE UU. En 1925 le propusieron una plaza en la Universidad Estatal de Moscú donde se le encomendó la tarea de construir un laboratorio para el departamento de biología.
Pero nunca llegó a cumplir esa misión. Sus hallazgos empezaron a ser muy criticados. “Los resultados de sus experimentos invariablemente parecían mostrar que los animales que él estudiaba eran de plástico en su comportamiento reproductivo, color o morfología cuando eran desafiados con ambientes distintos al natural”, señala Alphen en su último trabajo.

El investigador revisó los estudios de Kammerer sobre las salamandras comunes y las ciegas, y concluyó que había cometido fraude también en estos estudios. En respuesta a Vargas, Alphen discutió todos los experimentos de Kammerer para evaluar si la epigenética podría explicar los resultados. No sería el único. Otros como Hannes Svardal, de la Universidad de Viena, o Sander Gliboff de la Universidad de Indiana (EE UU) también cuestionaron a Vargas y a Kammerer.
En 1926, tras inspeccionar al microscopio el último sapo partero macho con almohadillas, el herpetólogo estadounidense Gladwyn Kingsley Noble demostró en Nature que las almohadillas del anfibio habían sido manipuladas con tinta negra, un hecho que el propio Kammerer confirmó a pesar de mantener su inocencia. Pero seis semanas después, el biólogo austriaco, sumido en una gran depresión, se pegó un tiro en un bosque cerca de Viena.

“La razón del suicidio solo la conoce el propio Kammerer, pero creo que no le gustó la perspectiva de ir a Moscú y no tenía futuro científico en su propio país o en el resto de Europa”, revela a Sinc Alphen.

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Ilustración realizada por Marsh en 1896 de los huesos de un estegosaurio, descrito y nombrado en 1877. / Othniel Charles Marsh
 Espionaje, errores y sabotajes científicos
La obsesión de Kammerer por publicar a toda costa no es un caso aislado en la historia. La rivalidad entre equipos de investigación, el afán por los hallazgos y la obstinación por ser los primeros ha enfrentado a muchos científicos.

Un ejemplo fue la lucha que protagonizaron los paleontólogos estadounidenses Edward Drinker Cope y Othniel Charles Marsh en la conocida como Guerra de los Huesos en el siglo XIX. Calumnias, destrucción de yacimientos, hurtos, mentiras y un sinfín de barrabasadas enredaron la labor científica de los descubridores de especies  de dinosaurios tan populares como el diplodocus, el alosauro, el estegosaurio o el triceratops. Su enemistad les empujó a describir entre los dos un total de 142 nuevas especies de animales extintos.

“La rivalidad creció naturalmente a finales de la década de 1860, cuando ambos eran jóvenes científicos que buscaban formas de hacerse un nombre y de obtener financiación. Ambos eran ricos, aunque el dinero de Marsh provenía principalmente de su tío. La familia de Cope era rica y poseía una línea de buques mercantes”, cuenta a Sinc Jane  P. Davidson, profesora de Historia del Arte en la Universidad de Nevada (EE UU).

Sin duda, el incidente que desencadenó el odio fue en 1868 la restauración incorrecta por parte de Cope del fósil del plesiosaurio Elasmosaurus platyurus, una especie de reptil marino de 14 metros de longitud que vivió hace 80 millones de años. Aunque la principal característica de este animal era un cuello extremadamente largo, Cope, que tenía una idea preconcebida de cómo tenía que ser, situó la cabeza en el extremo equivocado: la cola.

El paleontólogo intentó encubrir su error comprando todas las copias de la revista que había publicado su reconstrucción, pero su equivocación le persiguió el resto de su carrera. Y de hecho pudo cometer más deslices, según un estudio. “Marsh se burló de él por eso y desde entonces dejaron de ser amigos”, comenta Davidson. Pero Marsh tampoco fue infalible: colocó un cráneo equivocado en un cuerpo de Apatosaurio y lo describió como un nuevo género, el Brontosaurio.


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Versión del Elasmosaurus platyurus reconstruido por Cope, con la cabeza al final de la cola. / Edward Cope
Ser el primero, cueste lo que cuesteA partir de ese momento, la búsqueda de fósiles se convirtió en un asunto personal en el que no faltaron humillaciones y ataques mutuos. Cada uno de los científicos hizo todo lo que pudo para arruinar la credibilidad del otro. “Lo peor que sucedió, aunque no fue totalmente ilegal, fue la destrucción de posibles yacimientos de fósiles por parte de los hombres de Marsh para que los hombres de Cope no pudieran visitarlos”, señala a Sinc Davidson.

El yacimiento al que se hace referencia es el de Como Bluff, que se descubrió con la construcción del Ferrocarril Transcontinental en una zona remota de Wyoming y de cuyo hallazgo fue informado primero Marsh. El investigador envió dinero a los cazadores de huesos para que le encontraran fósiles y se los hicieran llegar lo antes posible. Cuando Cope se enteró, envió ladrones de fósiles al yacimiento para robar muestras.

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Portada de la novela escrita por Jim Ottaviani e ilustrada por la compañía Big Time Attic en 2005.
Entre los dos acumularon tantos fósiles que incluso después de sus muertes se siguieron describiendo dinosaurios. De esos hallazgos surgieron el alosaurio, el diplodocus y el estegosaurio. Pero la recogida de huesos estuvo marcada por chantajes, sabotajes y espionaje.

“Cuando su pelea llegó a los periódicos, dijeron cosas el uno del otro que hoy hubieran sido calumniosas. Sus amigos estaban bastante avergonzados”, detalla la experta de la Universidad de Nevada, autora del libro The Bone Sharp: The Life of Edward Drinker Cope.

Durante 15 años, ambos paleontólogos, que financiaban sus propias expediciones, realizaron búsquedas frenéticas  de especímenes de dinosaurios y otros vertebrados como peces, aves y mamíferos. “Algunas veces había incluso rivalidad por el derecho de nombrar un animal primero”, dice la investigadora.

En realidad, a pesar de enviar los nuevos nombres de especies al este del país por telégrafo mientras seguían en el campo, los científicos estaban encontrando y nombrando los mismos animales a la vez. “Lo fundamental para ellos era reivindicar: 'Soy mejor en ciencia que él, y él es un tonto o algo peor, un plagiario”, subraya Davidson.

Fue Marsh con 80 nuevas especies quien terminó ganando la guerra. Pero debido a la enemistad entre los dos, algunos de los errores en la descripción de nuevos dinosaurios que cometieron ambos perduraron durante décadas.

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El paleontólogo Othniel Charles Marsh (en medio en la fila superior) posando junto a los hombres que excavaban los fósiles. / John Ostrom/Peabody Museum
De la gloria al olvidoCasos como los de Kammerer, Cope o Marsh siguen produciéndose en la actualidad. En 2002 se desveló que uno de los científicos más prometedores del siglo, el físico alemán Jan Hendrik Schön, había inventado la mayoría de sus resultados. Con apenas 31 años, parecía el artífice de uno de los mayores descubrimientos en nanotecnología y física de la materia condensada. Gracias a su investigación se crearía un mundo diferente hacia la electrónica orgánica.

“Lo más asombroso de Hendrik era que cada cosa que tocaba parecía funcionar”, decía Paul McEuen, de la Cornell University, en un documental que emitió la cadena británica BBC. Esto se tradujo en un prolífico número de publicaciones. El físico, que fue contratado en 2010 por los prestigiosos Laboratorios Bell en EE UU, cuna de once premios Nobel, llegó a producir un estudio cada ocho días de media. Muchos de ellos se publicaron en revistas como Nature o Science.

Dos de ellos tuvieron un importante impacto entre la comunidad científica, ya que se demostró la creación de transistores a partir de moléculas individuales. Fue aquí donde empezaron las dudas. Cuando Lydia Sohn, ahora investigadora de Ingeniería Mecánica en la Universidad de California en Berkeley, los analizó con detención, notó que los resultados de los experimentos eran idénticos y pensó que Hendrik pudo cometer algún error. Al consultarlo con McEuen, los científicos encontraron un tercer experimento en el que se empleaban los mismos datos. Ya no podía tratarse de una equivocación.

Sohn y McEuen, junto a otros científicos que se unieron a ellos, pronto hallaron más resultados duplicados. Tras una investigación de cuatro meses, se concluyó que el físico alemán usó de manera imprudente datos que había inventado deliberadamente. Además, ninguno de sus colegas había presenciado los experimentos y la información original para llegar a sus resultados había sido eliminada por Hendrik, según dijo, porque no contaba con suficiente memoria en su ordenador personal.

El niño de oro de la física, cuyo nombre sonaba incluso para el Premio Nobel, fue despedido después de ser acusado de 16 cargos de mala conducta científica. Dos años más tarde, la Universidad de Constance (Alemania), donde se había doctorado, le retiró el título, a pesar de no haber encontrado indicios de haber manipulado su propia tesis. En octubre de 2002, la revista Science retiró ocho artículos escritos por Hendrik. Nature lo hizo en marzo de 2003 con otros siete.

Fuera cual fuera la motivación de estos científicos para mentir, falsificar o engañar, no llegaron a alcanzar el prestigio que tanto anhelaban. En su lugar terminaron cayendo en descrédito. La integridad es la que ennoblece el trabajo, también en ciencia.


Fuente: http://www.agenciasinc.es/Reportajes/Grandes-tramposos-de-la-ciencia

sábado, 28 de abril de 2018

No está en nuestro poder...

A bust of Seneca. According to the philosopher, how you feel is your own responsibility and nobody else’s. Photograph: Thinkstock
Photograph: Thinkstock


[105]   No está en nuestro poder el librarnos de los afectos, y mucho menos del que resulta del dolor, pues este es terco y rebelde a cualquier remedio: a veces queremos ahogarlo y nos tragamos los gemidos, pero por la misma fingida máscara del rostro nos corren las lágrimas.

Tesoro de máximas, avisos y observaciones
Lucio Anneo SÉNECA

Entrevista con el verdadero Frank Serpico



 A finales de los 60 y principios de los 70, Nueva York experimentó un aumento exponencial del tráfico de drogas y la prostitución. Determinadas unidades del Departamento de Policía de la ciudad y comisarios fueron colaboradores necesarios del funcionamiento de las mafias y criminales. Frank Serpico fue un agente encubierto que destapó la corrupción policial. La fama le llegó por la película de Sidney Lumet y Al Pacino sobre su caso. Pero su figura, incluso hoy, resulta controvertida. Un documental le entrevista durante hora y media

 . El escritor de novela negra Don Winslow destaca por la documentación cuidada con la que contextualiza sus historias. En su última novela ha abandonado los carteles mexicanos y se ha centrado en el departamento de policía de Nueva York en plena epidemia de opiáceos. Si por algo destaca la obra, es por la información que se extrae y deduce de las conversaciones que tienen los policías. Winslow presume de que para elaborarla estuvo durante un tiempo empotrado en unidades de policía de la ciudad. Y uno de los temas que salían en las conversaciones de los cops era el de Frank Serpico.

Si de algo nos suena ese apellido es de la película homónima de Sidney Lumet que catapultó a su protagonista, Al Pacino. Es un clásico policiaco con una Nueva York en crisis, la del paso de los 60 a los 70, donde aumentaba la delincuencia y el tráfico de drogas de forma exponencial. Nada menos que ese ambiente que ha mostrado apasionadamente The Deuce, la última serie del maestro David Simon


A raíz de esa película, en el imaginario colectivo, es como un héroe. El último valiente. Alguien que desafió a la mafia más poderosa por su hondo sentido de la justicia. Para los personajes de Winslow, en su último libro, Corrupción policial, era un cantamañanas. Por su culpa, la policía se dedicó a investigar a la policía durante una década olvidándose por completo del crimen, decían. 

El propio autor de la novela, en su entrevista concedida a Jot Down, considera que Serpico hizo algo bueno, obviamente, pero que no pudo asustarse mucho por la corrupción de sus compañeros de unidad porque absolutamente toda Nueva York conocía la reputación de esos policías y él pidió el ingreso voluntario. Desconfiaba de que ahí viese la luz e hiciese su denuncia.


 En este documental del año pasado, Frank Serpico, de Antonino D'Ambrosio, en una extensa entrevista es Serpico quien explica al verdadero Serpico. Algo que por fin se producía, porque al menos en España solo teníamos la película y la novela de Peter Maas que adaptaba el caso real. Un clásico de las tiendas de segunda mano. Ahora habla el hombre de carne y hueso que dio lugar al mito. 

Llegado del sur a un norte rico

Destaca en un inicio su origen familiar. Su abuelo, minero, fue apuñalado para robarle la nómina. Dice Serpico que ahí pudo empezar su vocación. En un deseo del subconsciente de detener al criminal que le hizo eso a su antepasado. Por otra parte, el narrador destaca el peso de ser italiano en Estados Unidos. Llegaron del sur. Se les calificaba como africanos. Se decía que nunca aprenderían inglés, que su religión era otra. Ellos pensaban que llegaban al paraíso, pero se encontraron que no había ni calles y, no solo eso, sino que se suponía que ellos iban a ser los obreros que tenían que pavimentarlas. Sufrieron las clásicas imposiciones y desprecio del norte rico contra un "sur", general, menos desarrollado. Un shock para todos los que llegaron. 

Gentrificando

Luego creció en Brooklyn, estudió ciencias políticas y acabó en la policía. Un detalle que se muestra como determinante de su trayectoria fue que se instaló en un barrio en lo que hoy llamamos plena gentrificación. No salía ni en los mapas de Nueva York. Estaba lleno de intelectuales, artistas y homosexuales. Serpico era policía. Desentonaba su profesión, pero no su personalidad. Por lo que cuenta una bailarina, en ese ambiente, era uno más. 

Con su mentalidad, también daba el cante, recíprocamente, en el departamento de policía. Aquí un oficial explica que al cuerpo le gustan "las esposas sumisas", esto es, que todo el mundo piense igual, opine lo mismo y reme en la misma dirección. Serpico iba más por su cuenta, era independiente. 

 Oleada de corrupción
En este contexto, el Departamento de policía de Nueva York alcanzó en esa época las mayores cotas de corrupción, al tiempo que aumentaba exponencialmente el tráfico de drogas y la prostitución. La policía, o determinadas unidades o comisarios, eran colaboradores necesarios. Algo que no era la primera vez que ocurría, ni la última: no ha dejado de pasar, como lo demuestran las noticias que siguen llegando. Siempre habrá algún policía que se corrompe. 

En aquel país y en aquella época, en plena efervescencia ideológica, por un lado, y dura lucha por los derechos civiles en la otra, la situación fue crítica. Hasta aparece el gran Luc Sante comentado la gravedad que adquirió la corrupción policial en ese periodo. 

La fama de Serpico en el departamento era infame, por lo que cuentan los testigos, porque delató a policías que aceptaban sobornos. Algo que debía estar extendido como en un país ex comunista. Si te fichaban extraoficialmente, ibas dado. Aunque, tal y como explica otro policía metido en las denuncias al departamento, el problema no eran las amenazas de muerte que te hacían, sino las que no te hacían. 

Peliculero

Serpico a día de hoy sigue teniendo palabras peliculeras. Bajo presión, cuando estuvo a punto de dejarlo todo, dice que recuerda que hizo "un juramento". Estuvo a punto de morir, le dispararon en una trampa, y recuerda que sobrevivió porque logró enfadarse lo suficiente como para seguir viviendo. Los que le rescataron no sabían quién era, después dijeron: "Si llego a saber que era Serpico le hubiera dejado desangrarse". No pidieron ayuda cuando le dispararon. A partir de ahí, llegaron los reportajes en la prensa y el mito que conocemos. 


 De Laurentis dice en una entrevista de la época que solo necesitó diez páginas del libro de Maas para decidirse a rodar la película. Tuvo hasta un arranque de Che Guevara, con las fotos de su rostro, que, por ejemplo, adornaban la habitación de Tony Manero junto a la de Rocky en Fiebre del Sábado Noche.

A lo Salvados


Uno de los logros del documental es juntar a Serpico con uno de los policías que estaba presente en aquella trampa, dice que no se acuerda de nada y suelta un repertorio de evasivas elocuente. Pero aún le guarda cierto rencor, porque dice que sus actos, al fin y al cabo, solo sirvieron para dañar al departamento de policía. Es el espíritu de la época, también aparecen entrevistas a policías de entonces sobre la Comisión Knapp que investigó el cobro de sobornos y mordidas de los agentes y decían sentirse deprimidos.

Todo lo demás que sabemos es que Frank, el verdadero Serpico, odiaba su trabajo. Estar entre prostitutas, fingiendo personajes como periodista disfrazado, actuar dependiendo su vida de ello, le resultaba detestable. Ahora, sale de casa con su coche para repetir una de sus aficiones, alimentar cuervos.

Fuente:  https://www.valenciaplaza.com/entrevista-con-el-verdadero-frank-serpico

"Nos tiraban gasolina y bengalas y decían que había que quemar vivos a los refugiados"

Ana A., una cooperante española en la isla griega de Lesbos, relata a Público el "terror" que vivió junto a los refugiados durante el ataque de grupos de ultraderecha el pasado domingo en Mitilene, que causó decenas de heridos.

Policías antidisturbios griegos en la plaza de Mitelene, capital de la isla griega de Lesbos, donde grupos de ultraderecha atacaron e hirieron a decenas de refugiados el pasado domingo 22 de abril.- REUTERS.
Policías antidisturbios griegos en la plaza de Mitilene, capital de la isla griega de Lesbos, donde grupos de ultraderecha atacaron e hirieron a decenas de refugiados el pasado domingo 22 de abril.- REUTERS/ELIAS MARCOU.
 "¡Hay que quemarlos vivos!". Era el grito que no dejaba de escucharse el pasado domingo en la plaza central de Mitilene, la capital de la isla griega de Lesbos. Y no era sólo una proclama, sino la intención real de más de 200 neonazis que habían llegado a la ciudad para perpetrar un ataque coordinado contra los refugiados. “Fueron más de cinco horas de violencia ininterrumpida contra un grupo de afganos, entre ellos, mujeres y niños, que llevaban varios días acampados en la plaza protestando por las pésimas condiciones en las que se encuentran, atrapados y hacinados en el campo de refugiados de Moria, el más grande de Europa”, relata a Público Ana A., una voluntaria española de la ONG Attika Human Support que lleva varios meses en Grecia. Ana vivió en primera persona el “terror” que desataron los neonazis “sin que la Policía antidisturbios que había allí hiciera nada para evitarlo”.

Del ataque del domingo apenas han trascendido datos. Se sabe que hubo varias decenas de heridos, pero según esta cooperante, debió de haber muchos más porque ni siquiera trasladaron al hospital a los refugiados. “Es más, muchos acabaron detenidos por resistencia a la autoridad, lo que les hará muy difícil renovar sus permisos y que les concedan el asilo en Grecia”, señala.

Desde hace varios años, Lesbos, una isla de poco más de 25.000 habitantes, se ha convertido en una auténtica prisión para 7.000 personas refugiadas, la mayoría de Siria, Irak y Afganistán, que comenzaron a llegar en grandes oleadas en 2015 desde Turquía. Tras la mediática foto del cadáver de Aylan, la UE llegó a un acuerdo con el Gobierno de Ankara: 6.000 millones de euros a cambio de bloquear su frontera y cortar el flujo de refugiados. Durante los primeros meses del acuerdo, cientos de personas han sido deportadas desde territorio griego a Turquía, pero desde hace meses, las llegadas se están incrementado. Sin embargo, apenas nadie puede salir de las islas griegas, ya que las solicitudes de asilo tardan hasta dos años en procesarse y los solicitantes de asilo tienen restringida la libertad de movimiento por el país. El Tribunal Supremo ha dictado recientemente una orden para que los refugiados puedan moverse por el país, pero varias ONG denuncian que el Gobierno no la está cumpliendo y que, además, sólo se aplica a los que han llegado después del fallo judicial.

La plaza de Mitilene, en Lesbos, antes de que los ultraderechistas empezaran a perseguir y atacar a los refugiados afganos que protestaban contra su situación.- REUTERS
La plaza de Mitilene, en Lesbos, antes de que los ultraderechistas empezaran a perseguir y atacar a los refugiados afganos que protestaban contra su situación.- REUTERS
Las carencias en los campos de refugiados
Los campos de Moria y Kara Teppe, en Lesbos, están superpoblados, apenas cuentan con recursos, comida y hay carencias de material básico, una situación que han denunciado numerosas organizaciones humanitarias. “Son campos cuyo máximo aforo no llega a las 3.000 personas y hay 7.000 dentro, en donde se trata a las personas con una falta de dignidad y humanidad absoluta, en donde hay una ducha por cada 150 personas, donde para comer tienes que hacer colas de dos horas bajo la lluvia y el frío o bajo el calor más terrible. Moria es la ciudad sin ley a la que Europa da la espalda”, describe la voluntaria. Contra esta situación protestaban pacíficamente los refugiados afganos cuando la creciente ultraderecha griega decidió atacar Mitilene.

Ana había llegado a la plaza alrededor de las 19.00 horas, como muchos otros cooperantes y personal de las ONG que trabajan en Lesbos. “Estaba circulando el rumor de que había cientos de fascistas viniendo a la isla desde Atenas y desde otras islas, así que fuimos para apoyar a los refugiados, pero también nos convertimos en víctimas de la violencia”, relata la voluntaria. “Durante varias horas hubo una calma muy tensa. La plaza estaba llena, habría más de 250 fascistas a un lado, separados por un cordón policial. En el centro de la plaza estaban las mujeres y niños refugiados, los hombres habían hecho un cordón para protegerlos porque estaba claro que en cualquier momento iban a atacarles”, explica. Entre insultos y cánticos ultraderechistas, a veces llovían algunas botellas que buscaban el centro del corro. “Quedó claro que su objetivo eran las madres y los niños”, detalla Ana.

Gasolina, piedras, bengalas y petardos

“Alrededor de las 23.00 horas la cosa se puso seria. Los neonazis empezaron a avanzar para romper el cordón policial. Quemaron varios contenedores y los empujaron contra los policías. Entonces vi que grupos grandes empezaban a rodearnos por los lados de la plaza. Cuando fui a avisar a mis compañeros de lo que estaba pasando, empezó la violencia. La Policía lanzó gas pimienta en mitad de la plaza, pero eso fue lo único que hicieron, no intentaron frenar a los neonazis y la gente empezó a correr; los niños tenían problemas para respirar, era un caos”, recuerda.

“Empezaron a llover botellas, nos tiraban gasolina, piedras, bengalas y petardos. Había fuego por todos lados. Las mujeres refugiadas habían colocado unas mantas sobre sus cabezas para protegerse, pero los neonazis le prendieron fuego. Intentamos huir como pudimos”, describe la voluntaria.


Fue entonces cuando empezaron las carreras por las calles aledañas. “Pensamos que en una calle cercana estaríamos seguros, pero empezaron a llegar grupos de fascistas, de unas 20 personas, parecían un ejército en formación, persiguiendo y agrediendo a quien pillaban. Yo iba con una compañera cuando nos encontramos a una mujer corriendo en sandalias, con su hijo de ocho meses cogido en brazos. De repente vimos que venían cuatro motos, iban a atropellarnos y nos gritaban cosas en griego. Tuvimos que esquivarlas y seguir corriendo”, relata.

Un refugiado recibe tratamiento después de inhalar gases lacrimógenos durante el ataque de grupos de ultraderecha contra una protesta de refugiados en Lesbos, el pasado domingo 22 de abril.- REUTERS
Un refugiado recibe tratamiento después de inhalar gases lacrimógenos durante el ataque de grupos de ultraderecha contra una protesta de refugiados en Lesbos, el pasado domingo 22 de abril.- REUTERS
Una cafetería, hospital improvisado
Así llegaron hasta el Café Pi, un local frecuentado por cooperantes e incluso por los propios refugiados. “Nos abrieron las puertas para protegernos, pero cuando entramos vimos que se había convertido en un hospital improvisado. No paraban de llegar personas heridas, con brechas en la cabeza, personas inconscientes, niños que no podían respirar y madres en shock. Podían escucharse muchos gritos que venían desde la plaza. No sabíamos qué decían y cuando preguntamos a una de las camareras nos asustamos mucho más. Nos respondió que gritaban ‘hay que quemarlos vivos’. Ya habían empezado a lanzar cócteles molotov”, describe la voluntaria, que recuerda cómo algunos médicos voluntarios intentaban atender a todos los que iban llegando.

Ni la policía ni los militares que había allí parecían hacer nada para impedir la carnicería, subraya. “Entonces, alrededor de la 1.00 horas vimos que estaban rodeando el café y empezamos a evacuar a la gente. Pero había muchas personas inconscientes y era más peligroso intentar huir que quedarse dentro, era una situación de mucha angustia”, afirma la cooperante. Consiguieron salir de allí a la carrera y llegar hasta la casa en la que se alojan, pero afirman que seguían escuchándose gritos y explosiones hasta las 5.00 horas. "Todo se calmó cuando la policía detuvo a varios de los afganos, que no respondieron a la violencia en ningún momento”, dice. En la prensa griega no hay constancia de que ninguno de los atacantes haya sido detenido.

El Gobierno no ha dicho públicamente ni una sola palabra sobre estos incidentes, pero según esta cooperante, el miedo que se respira ahora en Lesbos es inenarrable. “Apenas se ven estos día a refugiados por la ciudad, no salen de los campos, tienen miedo de que los fascistas vuelvan y los rumores que nos llegan es que esto sólo ha sido el principio, que va a ir a más. En esta isla, a diferencia de otros, como Quíos, nunca ha habido problemas de este tipo, la población local es bastante solidaria y comprensiva, pese a la presión que supone que llegue tanta gente, pero a todos los que les hemos preguntado nos dicen que no conocían a ninguno de los atacantes, venían de fuera y se dice que van a volver más veces”, teme la cooperante.

viernes, 27 de abril de 2018

Diario 1934-1939


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  Mi padre quería ver su casa por última vez. Cuando llegamos a la fachada lo primero que miró fue la ventana de su habitación:
   -Nunca volveré a ver esta habitación. Es increíble. Todavía están allí mis libros, mi música, mi piano... pero yo... -La lágrimas rodaban por sus mejillas-. ¿Qué le ha pasado a Maruca? Una mujer tan sumisa, resignada, paciente y angelical. Una niña inteligente e indulgente. Y luego, esta locura... Yo no era consciente de lo que hacía. No sabía que a ella le molestaba...
   En ese momento, se registró un pequeño terremoto en París. En el preciso momento en que la vida de mi padre estaba sacudida por el terremoto de la rebelión de una mujer, por su venganza, en el mismo momento en que estaba perdiendo el amor, la protección, la fidelidad, el lujo, la fe. Toda su vida destruida en un instante por la revolución femenina. La tierra, la mujer, sus repentinas explosiones. En el instrumento insensible del egoísmo de mi padre no se había captado ninguna señal que advirtiera la cercanía del cataclismo. Mientras estaba allí, mirando su casa por última vez, las entrañas de la tierra temblaron. Maruca estaba tomando el desayuno tranquilamente, en la cama, mientras la vida de mi padre se abría con un crujido y todos los tesoros coleccionados con adoración se hundían en el abismo. La tierra se abrió bajo sus pies siempre bailarines, sus bailes de seductor, sus escenas de amor contrapuntísticas. En un instante se tragó el ballet pintoresco de sus mentiras, sus evasiones de puntillas, sus vaporosas escapadas, las luces del escenario y los halos con que rodeaba sus conquistas y sus apetitos. Todo quedó destruido en e tumulto. La tierra y la ira de la mujer ante su ligereza, sus audacias, sus saltos por encima de la realidad, sus huidas. Su casa se abrió y cayeron por entre las grietas sus libros raros, sus partituras musicales únicas, sus recortes de prensa, los regalos de sus admiradores.

   Un día apareció en casa de Maruca un sacerdote español. Había huido de España llevándose consigo una estatua de la Virgen María. Era un sacerdote amante de la música y acudió allí a pedir refugio. Maruca quería complacerle, le llevó a comer al Bois y me pidió que fuera con ellos. Pero Maruca olvidó que era el día de las carreras, y el restaurante estaba lleno de mujeres extraordinarias vestidas a la moda más fantástica. Estaba de moda llevar el pelo empolvado de extraños colores, verde, dorado, azul..., y los párpados maquillados de oro o plata.
   El brillante espectáculo que nos rodeaba estaba en marcado y doloroso contraste con lo que el sacerdote contaba. Sus historias sobre España, las agonías, el hambre, el miedo, las torturas, era aún más terribles en aquel escenario tan frívolo.
   Le rogué a Maruca que nos fuéramos a otro sitio. Pero en lugar de aceptar mi sugerencia, empezó a contar de punta a cabo toda su vida con mi padre, dando todos los detalles y provocando el pasmo escandalizado del sacerdote que habría sido capaz de escuchar todo aquello en la oscuridad del confesionario, pero que era incapaz de oírlo en público. El contraste violento entre las tragedias del relato, las tragedias personales, y el desfile de modas, era insoportable.
   Las quejas, los lamentos, las acusaciones de la esposa eran desde luego completamente naturales; el sacerdote ya había oído anteriormente historias semejantes, pero nunca había escuchado a una hija interpretar el comportamiento de su propio padre con tanta lucidez ni tan abiertamente.
   -Hay que respetar al marido -murmuró-, hay que respetar al padre.
   -¿Y a la mujer no hay que respetarla? -dijo Maruca-. Usted arriesgó su vida al cargar con la imagen de la Virgen a su espalda, hubieran podido matarle, ¿no cree que también el hombre debería respetar a la mujer?
   Analicé la inconsciencia de mi padre. En Caux, llegó a  comprender, a veces, lo monstruosamente egoísta que había sido; comprendió que había vivido su donjuanismo sin cautela ni delicadeza, pero al cabo de un instante ya no soportaba la idea y empezaba a pronunciar exorcismos, excusas, mentiras, acusaciones contra Maruca, contra las mujeres que le habían tentado.
   No era consciente de lo que había hecho.
   -Y si ahora caigo enfermo -dijo mi padre-, ¿quién va a cuidarme?


Anais Nin
diario 1934-1939